Europa se postra ante la 'Reina de Aragón'
Pocas medallas son más justas que la plata de Isabel Macías en 1.500. La aragonesa recogió en Suecia el premio a una vida de esfuerzo, dedicación y pasión por un deporte a menudo desagradecido, pero que a veces ofrece alegrías eternas.
"Son dos o tres momentos que justifican toda una existencia", explicaba Arturo Casado un día con lágrimas en los ojos recordando el oro continental en Barcelona. Macías vivió en el Campeonato de Europa Indoor de Suecia uno de esos instantes que hacen que todo merezca la pena. Fue en una final de 1.500 a la que Natalia Rodríguez tuvo que renunciar por una lesión en las semifinales.
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La atleta sueca, de origen etíope, Abeba Aregawi se fue nada más empezar la carrera y nunca volvió, para terminar en 4:04.47. Eso era una competición, Macías participaba en otra. En la final de los terrícolas, la aragonesa estudió a la perfección a sus rivales para desplegar lo mejor de su atletismo en los últimos metros.
Por justicia, Macías
Al llegar al instante decisivo, Macías mostró una seguridad apabullante que borró de la pista a sus enemigas deportivas.Nunca se cebó con la sueca Aregawi, no era su guerra, pero no iba a permitir que ninguna mortal le tosiese. Le había costado toda una vida llegar hasta allí. Su plata en 4:14.19 es un refuerzo a la cultura del trabajo de una chica normal, con un talento y una mente extraordinarios.
Tercera llegó, a 11 centésimas, la polaca Katarzyna Broniatowska, que se lo puso muy difícil a la 'Reina de Aragón'. Macías alcanzó la gloria en el momento preciso de su carrera. Cuando hay que atraparla. Es el espejo perfecto para miles de mujeres que se inspiran en ella. La chica que un día estudió en los libros gestas como la que hoy protagoniza. Por fin pueden gritarlo al cielo, larga vida a la Reina.