El llanto de Lavillenie por un nulo único

04.03.2013 12:43

 

www.youtube.com/watch?v=nOYIL3qUV6k

 Fue la fotografía de la última jornada de los Europeos de Goteborg de pista cubierta. Después de un concurso impecable, sin ningún nulo hasta 6,01, el francés Lavillenie vivió la anécdota aciaga de la jornada en su último salto en el Scandinavium Arena.

    Con el oro ya en su poder —el alemán Otto, plata en los Juegos de Londres, fue segundo con un mejor salto de 5,76—, Renaud, invicto en toda la temporada invernal, pidió el listón sobre 6,07. Esa altura no sólo significaba marca personal para el atleta galo en caso de franquearla. Suponía también situarse segundo saltador en el ranking de todos los tiempos por detrás de Sergey Bubka, ya que el asutraliano Steven Hooker mantiene su récord en 6,06.

    Tras dos nulos, en el último intento Lavillenie rozó el listón y lo dejó tambaleándose, pero logró que no cayera, lo que desató la euforia del francés y del público que asistía a la final.

    Sin embargo, a los pocos segundos los jueces marcaron nulo con el banderín rojo. Lavillenie miraba asombrado el listón, que no había caído sobre la colchoneta. Entonces la explicación la dio el reglamento, que marca salto nulo si el listón, al moverse por la acción del atleta, no permanece en el soporte donde se sitúa antes del salto. Eso sucedió en el caso de Lavillenie, ya que quedó varios centímetros más arriba, apoyado en el borde superior.

    El francés logró en Goteborg su tercer título europeo consecutivo en pista cubierta, pero sus lágrimas daban a entender la mayor de las derrotas.Es la rabia de un salto nulo que podía haber sido histórico